La Riviera Maya en la Península de Yucatán está impregnada del legado de la cultura maya y la ceremonia maya celebra la conexión humana con el universo.

Antes de unir a la pareja mediante el matrimonio, un chamán purifica el altar con copal, una resina de árboles que se ha utilizado durante siglos en muchos rituales mayas.

El chamán ofrece a Ixchell la diosa del agua semillas y pétalos siendo el incienso un regalo para los Aluxes que protegen el lugar.

Para celebrar la ceremonia, el chamán pide permiso a los cuatro puntos cardinales haciendo sonar una concha en las cuatro direcciones.

El significado de esta ceremonia es que representas el quinto punto cardinal que une el cielo y la tierra.

Luego la ceremonia continúa con un intercambio de regalos. El color rojo se asocia con la masculinidad y el color blanco con la feminidad.

Ahora el chamán le da al hombre las flores blancas que son símbolo de pureza y a la mujer las flores rojas que simbolizan la sangre. Luego intercambian flores para devolverle la pureza a la mujer y la sangre al hombre.

Luego, el chamán les entrega los granos de cacao que representan la fuerza del espíritu del hombre y el maíz que dios le dio a la primera mujer.